Cómo evitar que tu cabello esté grasoso

No laves tu cabello tan a menudo. Si actualmente lo estás lavando de manera diaria, deja de usar shampoo por una semana completa para que pueda recuperar sus aceites naturales. Durante esta semana sólo debes usar acondicionador. Puedes usar un producto comercial de acondicionamiento profundo, aunque los aceites de coco o de oliva también funcionan satisfactoriamente. Una vez que regreses a lavar tu cabello en la forma en que acostumbras, hazlo sólo cada tres días, o cada dos como máximo- de esta manera le das tiempo suficiente para reponer sus aceites naturales y evitas que los folículos se vean forzados a secretar grasa en exceso para compensar la sequedad.

Intenta alternar entre dos shampoos diferentes. Si usas el mismo producto durante mucho tiempo, los residuos de la fórmula pueden acumularse en tu cabello. Intenta tener dos shampoos en el baño para usarlos de forma intercalada, o lavarte con shampoo aclarador una vez a la semana.

Evita ir a la cama con el cabello mojada, así como peinarlo en una coleta cuando recién lo lavaste. Permitir que tu cabello se apelmace con la humedad y el peso de tu cabeza mientras duermes ocasionará que se seque de manera incorrecta: perderá su volumen y se verá muy grasoso cuando despiertes.

Cambia a menudo la funda de tu almohada. Los aceites, las células muertas y el polvo que se acumula en tu funda por el contacto con rostro y cabello puede ocasionar que cada noche tu cabeza se impregne de grasa.

Evita someter tu cabello a una manipulación excesiva. Usar planchas o secadoras con calor artificial, así como acondicionarlo excesivamente con productos, puede ocasionar resequedad y forzar la producción anormal de grasa para compensarla. Aunque un poco de aire con la secadora eléctrica puede ayudar a tu peinado y a reducir la apariencia oleosa, no abuses de ella.