Cómo fingir perder la voz

Haz que tu voz suene un poco ronca. Puedes lograrlo al gritar en una almohada por quince minutos, hacer ruidos por quince minutos y susurrar quince minutos. Repite esta secuencia hasta que escuches que tu voz está ronca o esté fuera de melodía, o experimenta con tu voz hasta que obtengas el resultado que buscas tener.

Deja que se aumente la ronquera con los días, deja que tu voz se apague más y más. Hazlo hasta el día anterior al que finjas perder la voz.

En el día antes de que finjas perder la voz, debes hacer parecer que casi no puedes hablar y que te duele mucho hacerlo. Para lograr este efecto, habla con un susurro tenso que sea ligeramente más fuerte que tu susurro normal. ¡Recuerda no olvidar agregar una ronquera!

El día en que decidas fingir perder la voz, lleva una nota médica que indique que has perdido la voz si tienes que ir a la escuela. Todas las personas deberán unir cabos y creerte si has cumplido con los pasos anteriores en la escuela. Lleva un lapicero y un papel para escribir lo que quieras decir. Además, es mejor que no hables en la escuela ya que nunca se sabe si alguien te escuchará. Recuerda que has perdido tu voz si te quedas en casa. Por ello, habla solo si no hay nadie más en casa, ¡pero no muy alto si tienes vecinos que puedan acusarte con tus padres! Puedes tener el mismo método de comunicación escrita en casa.

Ten en cuenta que la recuperación es una parte importante de fingir que pierdes la voz. Las personas podrían atraparte si te recuperas de repente. Por ello, completa los pasos en reversa para que tu voz se vuelva más alta y menos ronca hasta que vuelva a la normalidad.