Cómo lograr que tu colega deje de decirte cómo hacer tu trabajo

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Pasos
Consejos
Advertencias

Imagen titulada How to Get Your Coworker to Stop Telling You How to Do Your Job intro

¿Una persona mandona debe llevar los pantalones en el lugar de trabajo? Aunque algunas personas indican que la actitud mandona depende del cristal con el que se la mire, un colega realmente mandón puede hacer que la vida laboral sea desagradable e incluso difícil si insiste en tomar las riendas de todo de lo que tú estás a cargo. Incluso un comentario casual acerca de volver a ordenar tu escritorio o sistema de archivo puede demostrar una actitud mandona con respecto a tus propios métodos si esa persona tiene el hábito de presentarse en tu lugar de trabajo de esta manera.

Cuando esta actitud mandona va más allá de lo que puedes tolerar, tu objetivo debe ser advertirle que no eres una presa fácil para su desconfianza y críticas. De hecho, ambos deben buscar mantener relaciones cordiales en el lugar de trabajo mientras mantienen relaciones laborales de manera profesional y respetuosa. Si le muestras a una persona mandona tus límites con claridad, aprenderá rápidamente a respetar esos límites que has establecido.

Pasos

Identifica un patrón de comportamiento mandón. Es buena idea que estés seguro de estar lidiando con una actitud mandona de un colega en vez de buenas intenciones fuera de lugar y esporádicas o con alguien que sinceramente es una persona que organiza bien las cosas y motiva a los demás. La actitud mandona en el lugar de trabajo normalmente implica un problema en desarrollo y persistente que una persona tiene al suponer inapropiadamente que tiene poder sobre alguien más y que está a cargo del trabajo de otra persona sin un mandato. Lo más probable es que un colega mandón no confíe en que sus compañeros de trabajo sepan lo que hacen y quiera hacerse cargo de su trabajo al tomar decisiones, dominar y decirte qué hacer todo el tiempo, insistiendo en que hagas las cosas a su manera y criticándote de una manera que no es constructiva. Hazte las siguientes preguntas cuando evalúes la actitud mandona de un colega:

¿Parece que mi colega desconfía de mí?
¿Mi colega pone palabras en mi boca y me dice cómo hacer mi trabajo?
¿Mi compañero insiste en que haga cambios en mi trabajo todo el tiempo, incluso antes de que personas de una posición superior tengan la oportunidad de verlo?
¿Mi colega normalmente me dice que hago las cosas de la manera equivocada?
¿Mi colega me recuerda a menudo cómo se deben hacer las cosas aquí?
¿Cuándo estoy cerca de esa persona me siento como un niño al que le falta conocimientos y habilidades?
¿Mi colega solía hacerse cargo de mi trabajo y parece que ahora todavía no puede dejar de hacerlo?

Identifica el tipo de actitud mandona. Las técnicas mandonas varían ligeramente y es útil comprender con cuál estás lidiando para que puedas tener en claro qué podría estar sucediendo:

La actitud mandona entrometida: Esta persona ve todo en blanco y negro, y vive según lo que indica la “ley” en vez de su espíritu. Lo más probable es que piense en los absolutos y que este carácter mandón no pueda soportar pensar en no seguir las reglas al pie de la letra cuando se necesita flexibilidad, porque hacer las cosas al pie de la letra es una forma de poder y de tener control sobre los demás. Con frecuencia, este tipo de actitud mandona es una manera de atacar a las personas más inteligentes y creativas que están alrededor y que podrían verse poco convencionales y desorganizadas, pero que, en particular, no se preocupan por no seguir las reglas al pie de la letra con el fin de conseguir los mejores resultados. Cuando se trata de seguir las reglas del sistema dentro del lugar de trabajo, el hecho de que un colega mandón siga las reglas con insistencia en realidad se trata de una movida ofensiva, así que si señala “Nos callamos a las 4 p.m.”, esta persona se detendrá automáticamente, aunque falten algunos minutos más para completar la última transacción, todo porque quiere demostrar que tiene el poder.

La actitud mandona servicial: Esta persona se percibe como amable y servicial, cuando en realidad usa esta estrategia como un disfraz de su actitud mandona, permitiéndole introducir las decisiones que cree que son mejores que las tuyas. Es posible que incluso recurra a la moral, justificando su intromisión al indicar que está haciendo lo correcto. Puede ser más difícil localizar este tipo de carácter mandón, porque le cuesta tanto verse amable y servicial, pero tus sensaciones deben ser una guía con respecto al carácter manipulador de este tipo de intromisión o ayuda dominante. Al final, no cree que eres lo suficientemente competente para lidiar con algo, por eso se entromete, se queja y te engatusa para meterse en tu trabajo, todo bajo el pretexto de guiarte y ayudarte, como un padre a su hijo. Una señal reveladora es dudar constantemente de tus decisiones e incluso regañarte.

La actitud mandona que busca atención: A esta persona le gusta ser el centro de atención y la manera en que llega a ese punto es mandando a los demás. Echarte una bronca en público por cosas que has ignorado u olvidado, por los errores que has cometido o por no seguir las reglas puede hacerle sentirse superior a ti y eso le da una excusa para “ponerte derecho” sobre la manera en que las cosas se deben hacer ahí, ¡y también frente a todos! Con su actitud presume que sabe más y que debe estar a cargo. Al hacerte una escena, le gusta asegurarse de que todos sepan su importancia, independientemente de que busque la atención de una manera injustificada o maleducada. Es posible que esta persona sea un poco mandona.

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Debes tener compasión, pero no dejes que te tome el pelo. Las personas mandonas pueden hacer que una persona trabajadora y dedicada se estremezca, normalmente porque una gran parte del carácter mandón se basa en la fanfarronada, es decir, lo hace porque saben más o saben que harán un mejor trabajo y, por lo tanto, te lo muestran. Lo primero que debes recordar es que aunque esta persona realmente sepa más, no se la escogió para tu puesto y que tus cualidades traen algo diferente al trabajo que la empresa quiere de ti, no tu colega. Tu colega está faltando el respeto a los límites establecidos por la empresa y busca debilitar la lógica que está detrás del hecho de que haya varias personalidades y habilidades en el lugar de trabajo, mostrando una falta de perspicacia e inteligencia evidente con respecto a sus interrelaciones en el trabajo. Lo segundo que debes recordar es que al identificar al colega mandón, el poder regresa a ti, con tal de que lidies con eso de manera adecuada y lo pongas en evidencia. Ser compasivo y comprender un poco su sensación de ansiedad e inseguridad puede ayudarte mucho para que no te sientas molesto ni frustrado. Las personas mandonas normalmente tienen miedo de que no las respeten o de que los demás los decepcionen y, por lo tanto, sienten la necesidad de asumir el control para tratar de reducir sus niveles de ansiedad. Algunas personas mandonas tampoco simpatizan mucho con los demás ni ven la angustia que su actitud mandona causa en otras personas, y cuando la sienten, es posible que se crean tan superiores que no les importa cómo te sientas.

¿Puedes vivir con una persona mandona? Si tu colega es mandón solo de vez en cuando, por ejemplo por una tarea específica que solía realizar antes de que tú te hagas cargo de ella, pero te deja solo la mayor parte del tiempo, tal vez sea mejor que lo dejes así e ignores su comportamiento en los momentos en que intervenga. Sin embargo, esto solo funcionará si no se entromete en todos los aspectos de tu trabajo en todo momento. Al final, debe dejar de hacerlo, confiando en que sabes lo que haces, así que no toleres esto por mucho tiempo.

La compasión implica notar cuando otra persona con la que te relacionas está cansada, estresada o se siente como si la situación actual no estuviera bajo su control. Conocer la motivación subyacente no justifica su actitud mandona, sino que te da una idea sobre la razón por la cual se comporta de esa manera y simplemente decirle directamente que comprendes su fatiga o sensación de presión podría ayudarle a darse cuenta de que el hecho de que no puede lidiar con algo es evidente para las demás personas que lo rodean.

Debes ser cauto. La persona mandona pocas veces es un tipo de persona que ataca abiertamente, así que rara vez dirá algo desagradable de ti como persona, si es que alguna vez lo hace. Por lo general, disimula sus ataques bajo críticas mandonas y molestándote o mandándote un poco. Si lo hace constantemente, su intromisión directa puede desgastarte y puede atenuar los límites entre tu rol y el suyo. Si te engatusa tanto que se mete en tu trabajo, corres el riesgo de que una persona de un puesto superior vea el cambio en la dirección de manera favorable y sienta que eres menos necesario, ¡así que deja tu rol en claro! Además, simplemente aclarar cuál es tu papel con anticipación puede beneficiarlos a ambos, como una forma de asegurarles que vas en la dirección adecuada y como una evidencia documentada de que has manifestado cuál es tu deber. Si quieres aclarar tu rol, se sugiere que hagas lo siguiente:

Anota cada aspecto, habilidad y expectativa del rol que comprendes que tienes.

Consulta con tus compañeros de trabajo (excepto el mandón) para asegurarte de que tu lista sea relevante y completa.

Imprímela, para que esté limpia y presentable.

Preséntasela a tu superior inmediato o jefe directo y pídele su punto de vista como una guía para cualquier empleado que quiera hacer tu trabajo. Es posible que esto lo impresione para tu beneficio y que se adopte como una nueva descripción de las funciones laborales, si han ocurrido cambios desde que asumiste ese rol. Una vez que lleguen a un acuerdo, ahora puedes mostrarle a tu colega mandón que tu jefe está de acuerdo contigo con respecto a tu rol. Hacer esto le enviará un mensaje claro indicándole que no necesitas su guía.

Hazte valer. Escoge un momento para hablar en privado con tu colega mandón acerca de su comportamiento. Hazle saber que lo has notado y que te parece molesto y confuso, y explícale que te hizo sentir que no respeta tus habilidades ni tus aptitudes. Explícale cómo afecta tu trabajo y asegúrale que puedes desempeñar las tareas que te asignen, al igual que reconoces que puede lidiar con sus propias tareas.

Cíñete a los mensajes que se refieran hacia ti, dejando que tu colega sepa cómo te hace sentir su actitud mandona.

Di algo como “Cuando me hablas de una forma que señala que no soy competente e insistes en que cambie las cosas de la manera original en que las presenté, siento que no confías en mí para producir el trabajo por el que me han contratado aquí. No siento que me respetas. Como creo que soy capaz y que tengo la experiencia y el conocimiento para realizar la tarea que me han asignado, simplemente te pido que reconozcas esto y me hables con respeto".

No aceptes hacer algo cuando tu colega te pida que lo hagas. No responder a lo que te pida podría ser suficiente para que deje de darte órdenes. Es posible que mire hacia otro lado y se vea molesto, pero es mejor que sepa con anticipación que no lo ayudarás a menos que primero sea educado y respetuoso.

Usa la palabra “pero” cuando abordes lo que quiere que hagas. Esta táctica es una manera excelente de hacerte entender sin ser grosero. Empieza con un tono agradable, pero dejando en claro que te interesa realizar lo que te pide. Por ejemplo, “De hecho, Henry, es probable que esa sea una manera de hacerlo, pero la manera en la que lo estoy haciendo ha dado buenos resultados y le ha dado a la empresa bastantes elogios".

Recuérdale sus responsabilidades como una manera de resaltar la doble moral sobre la que insiste. Mantén tus respuestas alegres y con humor. En vez de responderle “Hazlo tú” o “Vete”, las cuales sean probablemente tus primeras respuestas, dile “Bueno, Raquel, creo que es una idea excelente y te prometo que terminaré el artículo si prometes imprimirlo a tiempo”. De esta manera, puedes señalar ligeramente que no siempre consigue hacer las cosas perfectamente, haciéndole saber que sus imperfecciones se han notado a su debido tiempo. ¡Lo has desviado a la perfección!

Evalúa si tienes las “manos limpias”. A veces contribuyes con la actitud mandona de otra persona porque no cumples las expectativas que tiene de ti. Si tiene alguna razón para desconfiar de ti, tendrás que abordar eso abiertamente. Por ejemplo, es posible que hayan trabajado juntos en un proyecto, pero que no hayas cumplido tu parte del trato, como no haber cumplido un plazo, no haber producido un trabajo de la calidad adecuada o simplemente no haber escuchado su contribución. Si puedes pensar en cualquier cosa que hayas hecho que podría haber contribuido en su desconfianza en ti y su sensación de que debe tomar el control, entonces sé directo al respecto. Plantea el asunto e indícale por qué las cosas que no cumpliste anteriormente ya no son un problema y por qué mereces que vuelva a confiar en ti. Sé paciente- es probable que tengas que demostrarle algunas veces que eres digno de confianza.

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Si tu colega mandón no mejora, independientemente de llevar a cabo los consejos que se indican líneas arriba, es posible que tengas que hablar con tu superior. Debes hacerlo con delicadeza, pero primero enfócate en la manera en que te llevas con esa persona y valora todas sus cualidades, y después puedes indicar que hay algo que te preocupa y que es la actitud mandona que tiene en ciertas tareas en las que trabajan juntos (debes tener listos algunos ejemplos basados en los hechos para que te ayuden a explicarlo). Deja en claro que no estás quejándote, sino buscando un consejo acerca de la mejor manera de abordar este problema para que ambos puedan cortarlo de raíz y encontrar el apoyo que necesitas para trabajar de manera productiva. Al ser sincero con respecto a tu necesidad de una guía en esta situación y al reconocer las cualidades de tu colega, le ayudará a tu superior a darse cuenta de que no te estás quejando, sino que estás buscando un consejo constructivo. Con suerte, recibirás el consejo y es posible que tu superior también hable con tu colega mandón.

Consejos

Debes considerar que es posible que tu colega mandón no sepa el efecto que tiene su comportamiento y que antes que a ti haya tratado a otras personas de la misma manera. Por lo tanto, abordar este tema de manera directa y honesta a veces es la mejor opción.
Además de lo anterior, ¿por qué no pedirle a tu superior inmediato una guía para que te asciendan? Esto logrará convencerlo y, una vez más, le envía un mensaje claro pero indirecto a tu colega mandón.

Advertencias

Si tú eres mandón y son dos mandones que están chocando, entonces debes ser honesto. Ser mandón no es una manera buena ni productiva de avanzar en la vida. Considera abordar tu actitud antes de acusar a los demás de lo mismo.
Algunas situaciones no son mandonas, sino respuestas lúcidas. No confundas a la persona que está a cargo en una emergencia o un alboroto en el lugar de trabajo como alguien mandón. A veces es necesario que haya una persona que dé las órdenes para asegurarse de que todos estén a salvo, sanos y unidos, pero ese tipo de comportamiento se da en situaciones muy específicas y de corto plazo, y después se restablece el comportamiento normal y respetuoso. Hay una gran diferencia entre esto y ser mandón.

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