Cómo hacerse el enfermo para faltar a la escuela de manera exitosa

¿Alguna vez has pensado en fingir que estás enfermo por uno o dos días sólo para tener un tiempo libre? Sabes que no te estás volviendo psicótico y quieres hacerte creer que estás realmente enfermo. Sólo quieres relajarte. Aquí verás como.

Para el dolor de estómago, no comas la misma cantidad de comida que comes todos los días y come a escondidas luego, etc. Si de verdad quieres hacerles creer que te vas a enfermar, frota tus ojos mientras estés delante de ellos, luego encuentra un punto para acurrucarte como una pelota. Quéjate de que no puedes dormir a media tarde o al atardecer.

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Esa noche, pon tu alarma para las 2:00 a.m. Sin embargo, asegúrate de que no sea suene muy fuerte para que no despierte a tus padres.

Enciende la lámpara y coloca el foco cerca de tu frente por uno o dos minutos.

Luego, sin hacer ruido, pasa un trapo caliente por tu frente y cara hasta que se enfríe.

Ahora, despierta a tu mamá o a tu papá para decirles que te sientes muy mal con voz quejosa. Para un efecto más realista, habla despacio. Pregúntales si tienen alguna medicina que puedas tomar. En caso de que te den alguna, pretende que te la tomas.

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Mientras no te descubran la noche anterior, despierta más tarde de lo que acostumbras cada mañana. Si tus padres te van a despertar, siéntate y una vez más diles que te sientes muy mal.

Si no te despiertan, ve lentamente al primer piso o donde ellos se encuentren. Sóbate la cara un montón en frente de ellos y recuéstate donde sea que puedas. Diles todos tus síntomas y lo mal que te sientes.

Si te dicen que regreses a dormir, protesta. Diles que tienes un examen o algo que no puedes perder. Si te acusan de estar fingiendo o si te dicen que no puedes faltar al colegio, quéjate y recuéstate en algún lado.

Sacúdete, gira y llora o quéjate silenciosamente. Parece patético, pero funciona.

Si te dicen que regreses a la cama pero que te llevarán al doctor, acepta, quéjate, y regresa a la cama. Nunca sonrías.

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Si te llevan al consultorio del doctor, quéjate y frótate mucho la cara. Quéjate siempre. Honestamente, no hay indicaciones específicas para el consultorio del doctor. Sólo asegúrate de nunca sonreír, reír, o hablar tanto como normalmente harías.